Biografia de
homero
Homero (en griego antiguo Ὅμηρος Hómēros; c. siglo VIII a. C.) es el nombre dado al poeta y rapsoda griego antiguo al que tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas la Ilíada y la Odisea. Desde el periodo helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, anteriormente no sólo no existían estas dudas sino que la Ilíada y la Odisea eran considerados relatos históricos reales.
El nombre de Hómēros es una variante jónica del eólico Homaros. Su significado es rehén, prenda o garantía. Hay una teoría que sostiene que su nombre proviene de una sociedad de poetas llamados los Homēridai, que literalmente significa ‘hijos de rehenes’, es decir, descendientes de prisioneros de guerra. Dado que estos hombres no eran enviados a la guerra al dudarse de su lealtad en el campo de batalla, no morían en éste. Por tanto se les confiaba el trabajo de recordar la poesía épica local, para recordar los sucesos pasados, en los tiempos anteriores a la llegada de la literatura escrita.
También se ha sugerido que lo que podría contener el nombre Hómeros es un juego de palabras derivado de la expresión ho me horón, que significa el que no ve.
Obras que le fueron atribuidas
Además de la Ilíada y la Odisea, a Homero se le atribuyeron otros poemas, como la épica menor cómica Batracomiomaquia (‘La guerra de las ranas y los ratones’), el corpus de los himnos homéricos, y varias otras obras perdidas o fragmentarias tales como Margites. Algunos autores antiguos le atribuían el Ciclo épico completo, que incluía más poemas sobre la Guerra de Troya así como epopeyas que narraban la vida de Edipo y guerras entre argivos y tebanos.
Los historiadores modernos, sin embargo, suelen estar de acuerdo en que la Batracomiomaquia, el Margites, los himnos homéricos y los poemas cíclicos son posteriores a la Ilíada y la Odisea.
Policleto
(Argos o Sición, actual Grecia, h. 480 a. C.-?) Escultor griego. Se formó en la tradición de los broncistas de Argos y realizó casi todas sus obras en este mismo material. En la actualidad sólo se conocen algunas de ellas a través de copias helenísticas y romanas, realizadas en mármol. La más celebrada es el Doríforo ( «Portador de lanza»); denominada «el canon», el autor aplicó en ella el sistema de proporciones de la figura humana que consideraba ideal y sobre el que escribió un tratado homónimo. Otra de sus mejores obras es el Diadumeno, en la que también representa a un atleta; Policleto fue, de hecho, un gran especialista en la plasmación escultórica de la belleza del cuerpo humano. De su obra más admirada en la Antigüedad, la estatua criselefantina de Hera para el Heraión de Argos, sólo se conocen reproducciones sobre monedas. Fue, junto con Fidias, la gran figura de la escultura griega del siglo V a.C.
Policleto (en griego Πολύκλειτος), llamado «el Viejo» para diferenciarlo de su hijo,[1] fue un escultor griego en bronce del siglo V y principios del siglo IV a. C. Junto con los famosos Fidias, Mirón y Cresilas, es el más importante escultor de la Antigüedad clásica. El catálogo del siglo IV atribuido a Jenócrates («Catálogo jenocrático»), que fue la guía de Plinio en materia de arte, colocó a Policleto entre Fidias y Mirón.[2] Policleto fue famoso sobre todo por sus estatuas de dioses y atletas realizadas en bronce, aparte de la enorme estatua de la diosa Hera, destinada al culto en el Hereo de Argos.
Mirón
(Eleutera, actual Grecia, ?-?, s. V a.C.) Escultor griego. Fue el principal escultor griego de su tiempo, exponente del llamado estilo severo y precursor de los grandes maestros del clasicismo pleno. Nació en Beocia, pero desarrolló su actividad, entre el 470 y el 440 a.C. aproximadamente, en Atenas, donde obtuvo la ciudadanía. Las fuentes literarias le atribuyen numerosos obras, en particular estatuas de atletas y héroes. Sin embargo, sólo se le han podido asignar con certeza tres, conocidas por copias romanas: el Discóbolo, el grupo de Atenea y Marsias y el Anadumenos.
Las dos primeras, sobre todo, son emblemáticas del estilo de Mirón, centrado en la plasmación del movimiento a través de las tensiones del cuerpo. El Discóbolo, que está captado en el instante anterior a la realización de un movimiento violento, constituye un ejemplo magistral de equilibrio dinámico, de desnudo juvenil ágil y vivo: el brazo derecho y la pierna izquierda insinúan el movimiento; el brazo izquierdo y la pierna derecha sugieren equilibrio.
Una idea semejante se encuentra en el grupo de Atenea y Marsias, plasmado en el momento en que el sátiro se detiene ante la diosa antes de retroceder. Estas dos obras, de figuras estáticas pero llenas de vitalidad y en las que se adivina el movimiento, hacen que Mirón sea considerado un artista adelantado a su tiempo, que buscaba por todos los medios superar la inmovilidad característica del estilo arcaico.
Mediante copias fragmentarias se ha podido reconstruir la estatua del Anadumenos, un atleta que recuerda al Discóbolo por la estructura del cuerpo. No se conoce el bronce titulado Vaca, situado en la plaza del mercado de Atenas, que reportó a Mirón una gran fama en su tiempo y fue motivo de inspiración para numerosos epigramistas por su intenso realismo
Praxíteles:
pocas cosas se sabe no se sabe siquiera con certidumbre el año de su nacimiento ni el de su muerte. Las fuentes literarias abundan pero son tardías, ninguna de ella es anterior al siglo III.[1]
Nacido en Atenas hacia el 400 a. C., formado junto a su padre Cefisódoto el Viejo, desarrolló su máxima actividad artística entre los años 370 y 340. Plinio el Viejo sitúa su apogeo artístico después de la 104.ª olimpiada (esto es, en 364 a 361 a. C.) y señala que Eufránor fue un escultor contemporáneo suyo.[2] Esta propuesta cronológica está corroborada por la base de una estatua firmada por Praxíteles, que lleva la dedicatoria de «Kléiokratéia, mujer de Spoudias»: este Spoudias es conocido como el adversario de Demóstenes en un alegato que data de 361 a. C.[3] Pausanias dice al respecto «la tercera generación después de Alcámenes»,[4] alumno de Fidias, por el grupo de los Letoidas de Mantinea. Se considera generalmente que Praxíteles nació hacia el año 400 a. C.[5]
Estuvo asociado con Friné, una famosa cortesana que le sirvió de modelo y que también fue su amante. Esta circunstancia podría probar que se trataba de un artista con recursos económicos, como también lo demostraría el que fuese honrado con el patronato de uno de los coros de Atenas, algo que había que pagar. Fue también popular entre el pueblo, que gustaba de adquirir sus trabajos aunque Praxíteles no fuese inclinado a ello.
Praxíteles (griego antiguo: Πραξιτέλης) de Atenas, hijo de Cefisodoto el Viejo, fue el más renombrado escultor clásico ático del siglo IV a. C. Con la obra de Praxíteles la escultura griega evoluciona desde el clasicismo hacia una especie de anticipado manierismo, al acentuar el sensualismo. Sus obras están caracterizadas por la llamada karis (gracia) ática y la llamada «curva praxiteliana» consistente en un elegante contrapposto.
Fue el primero en esculpir la forma femenina desnuda en una estatua a tamaño natural. Aunque no queda ninguna escultura que sea atribuible sin dudas a Praxíteles, numerosas copias de sus obras han sobrevivido; autores contemporáneos, incluyendo a Plinio el Viejo, escribieron sobre sus obras; y han sobrevivido monedas grabadas con siluetas de varios de sus modelos estatuarios.
Una supuesta relación entre Praxíteles y su bella modelo, la cortesana tespia Friné, ha inspirado especulación e interpretación en obras de arte que van desde la pintura (Gérôme) a la ópera cómica (Saint-Saëns) o las marionetas (Charles Maurice Donnay).
Algunos escritores han sostenido que hubo dos escultores con el nombre de Praxíteles. Uno sería contemporáneo de Fidias y el otro su más conocido nieto. Aunque la repetición del mismo nombre en generaciones sucesivas es habitual en Grecia, no hay evidencia cierta para ninguna de las posiciones.
Praxíteles (griego antiguo: Πραξιτέλης) de Atenas, hijo de Cefisodoto el Viejo, fue el más renombrado escultor clásico ático del siglo IV a. C. Con la obra de Praxíteles la escultura griega evoluciona desde el clasicismo hacia una especie de anticipado manierismo, al acentuar el sensualismo. Sus obras están caracterizadas por la llamada karis (gracia) ática y la llamada «curva praxiteliana» consistente en un elegante contrapposto.
Fue el primero en esculpir la forma femenina desnuda en una estatua a tamaño natural. Aunque no queda ninguna escultura que sea atribuible sin dudas a Praxíteles, numerosas copias de sus obras han sobrevivido; autores contemporáneos, incluyendo a Plinio el Viejo, escribieron sobre sus obras; y han sobrevivido monedas grabadas con siluetas de varios de sus modelos estatuarios.
Una supuesta relación entre Praxíteles y su bella modelo, la cortesana tespia Friné, ha inspirado especulación e interpretación en obras de arte que van desde la pintura (Gérôme) a la ópera cómica (Saint-Saëns) o las marionetas (Charles Maurice Donnay).
Algunos escritores han sostenido que hubo dos escultores con el nombre de Praxíteles. Uno sería contemporáneo de Fidias y el otro su más conocido nieto. Aunque la repetición del mismo nombre en generaciones sucesivas es habitual en Grecia, no hay evidencia cierta para ninguna de las posiciones.
Fidias
(Atenas, h. 490 a.C.-?, 431 a.C.) Escultor griego. Fue el artista más famoso del mundo clásico, y el maestro que llevó la escultura a las cotas más altas de perfección y armonía. La biografía de Fidias nos es en su mayor parte desconocida. Apenas se sabe nada de su formación, si bien se cree que tenía experiencia como grabador, pintor y repujador. Vivió en la época de Pericles, estadista empeñado en hacer de la Acrópolis de Atenas un signo majestuoso de la grandeza de la ciudad, que se convirtió en el principal protector de Fidias, quien básicamente trabajó en y para Atenas.
Fidias sobresalió tanto en la escultura exenta como en el relieve. La primera obra que se conoce de él es la Atenea Lemnia, una estatua de la diosa destinada a la Acrópolis de Atenas, de la que se conservan dos copias parciales: un busto en el Museo Arqueológico de Bolonia y una figura casi completa en el Albertinum de Dresde.
En el 438 a.C. se consagró la Atenea Partenos, la obra que le significó la fama. La patrona de Atenas está representada en esta estatua de nueve metros de altura como una diosa guerrera, con escudo y casco, preparada para la defensa de la ciudad. La obra, perdida, se conoce a través de copias de tamaño mucho menor.
Además de la Atenea para el Partenón, Fidias realizó otra estatua criselefantina, ésta para el santuario de Olimpia: la efigie de Zeus, incluida por los antiguos entre las siete maravillas del mundo. Era una estatua sedente del dios, de doce metros de altura, que destilaba grandeza y majestuosidad; es conocida a través de reproducciones en monedas y joyas.
Relieves de Fidias en el Partenón
Pero lo que engrandeció el nombre del artista ya en su tiempo y ha mantenido inalterada su fama a través de los siglos son las esculturas del Partenón. Finalizada la construcción del templo, Fidias y su taller se ocuparon de la decoración escultórica, que incluía un friso en bajorrelieve de unos ciento sesenta metros de longitud, dos frontones decorados con figuras exentas y noventa y dos metopas en altorrelieve.
Si bien diseñó todo el conjunto, se cree que Fidias ejecutó una pequeñísima parte, pese a lo cual esta obra constituye una muestra indiscutible de su genio. Las piezas que se conservan se encuentran en su mayoría en el British Museum. Gozan de particular celebridad el grupo de las Tres Parcas y los fragmentos de la Procesión de las Panateneas, sobre todo el grupo de los dioses del Olimpo, donde es de admirar el magistral tratamiento de las telas, que se adhieren al cuerpo y dibujan sus contornos, una faceta creativa que ha contribuido decisivamente a la fama del arte fidíaco; también los caballos, poderosos y dinámicos, y sus fieros jinetes denotan la maestría del escultor
Lisipo
(s. IV a.C.) Escultor griego, documentado de h. 360 a.C. a h. 305 a.C. Fue uno de los escultores más famosos de la Grecia clásica y precursor del estilo helenístico. De las 1 500 esculturas de bronce que realizó, según Plinio, no se ha conservado ninguna, pero se conocen algunas de sus creaciones a través de copias helenísticas y romanas. Su obra más famosa es el Apoxiómeno, un atleta que se limpia el cuerpo con el estrígilo, y que ejemplifica uno de sus rasgos estilísticos más característicos: una mayor profundidad espacial, conseguida en este caso mediante la proyección de los brazos hacia adelante. El acentuado realismo de sus estatuas, otra de sus singularidades, se advierte en el Hércules Farnesio, considerado una copia del Hércules de Sición. Las figuras de Lisipo son siempre altas y esbeltas, lo que corrobora la tradición según la cual sustituyó el canon de Policleto por uno nuevo, en el que la cabeza representa una octava parte de la altura del cuerpo.
Vivió en la época de esplendor de Alejandro Magno, de quien fue el artista predilecto y retratista oficial, retratándolo en muchas ocasiones en numerosas obras hoy dispersas. De alguna de ellas ha llegado hasta nuestros días la descripción a través de los escritos de los historiadores y filósofos griegos.
En particular, Lisipo retrató a Alejandro en el acto y con el gesto bravo de cazar un león, en combate y en varias posturas heroicas, y a veces en poses divinizadas. Un epigrama recientemente descubierto de Posidipo, en la antología representada en el papiro de Milán, fue inspirada por un retrato en bronce de Alejandro:
Lisipo, escultor de Sición, mano osada, artesano aprendido,
tu estatua de bronce tiene la mirada de fuego en sus ojos,
esa que hiciste en la forma de Alejandro. Los persas no merecen
reproches. Hemos de perdonar a las ovejas que huyen ante un león.
Se debe a Lisipo la representación típica de Alejandro como una figura inspirada, endiosada, con el pelo revuelto, los labios entreabiertos y mirando hacia arriba;[4] un buen ejemplo, una copia romana de la época imperial que se encontró en Tivoli, y se conserva en el Museo del Louvre.
Trabajó en Sicione, Olimpia, Corinto, Rodas, Delfos, Atenas, Roma y Tarento.
Murió en fecha indeterminada, pero seguramente a una edad muy avanzada.
Para sus contemporáneos, era considerado el sucesor del famoso escultor Policleto. Destacaban su gracia y elegancia, la simetría o coherente equilibrio de sus figuras, con cabezas más pequeñas que el canon de Policleto, lo que daba la impresión de mayor altura. Era famoso por la atención que prestaba a los detalles de las pestañas y las uñas de los pies
Imagenes ordenes arquitectonicos
orden jonico
La columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo compuesta por tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada entre ambos. En ocasiones, esta basa apoya a su vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor.
Orden Dorico
El orden Dorico es el más primitivo y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos, es el orden griego por excelencia. Cuanto más antiguo, arcaico, más torpe, dando sensación de robustez (protodórico), cuanto más tardío, No utiliza basa; el fuste de la columna descansa directamente sobre el estilóbato, que es el escalón superior del estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado se conoce como crepidoma.
orden Capitel
El capitel (del latín caput, capitis = cabeza) es un elemento arquitectónico que se dispone en el extremo superior de la columna, pilar o pilastra para transmitir a estas piezas estructurales verticales las cargas que recibe del entablamento horizontal o del arco que se apoya en él. Además de esta misión estructural cumple otra de índole compositiva, pues actúa como pieza de transición entre dos partes constructivas tan diferentes como aquellas entre las que se interpone